La Organización Mundial de la Salud (OMS) es una de las impulsoras de la salud digital a escala global. Con este objetivo en los últimos años ha editado numerosas publicaciones orientadas a gobiernos y prestadores de salud. Entre ellas, “Conjunto de herramientas de la estrategia nacional de eSalud”, “Guía de inversión en implementación digital (DIIG): Integración de intervenciones digitales en programas de salud”, “Recomendaciones sobre intervenciones digitales para el fortalecimiento del sistema de salud” o “Estrategia mundial sobre salud digital 2020-2025”.
La implementación de la telemedicina «en modo checklist»
A ellas se ha sumado recientemente una nueva guía, orientada a la implementación práctica de la telemedicina en los sistemas sanitarios: la “Guía consolidada de implementación de la telemedicina”. Su finalidad es dotar de una metodología a gobiernos, servicios de salud o prestadores sanitarios a la hora de diseñar un programa de introducción de la telemedicina en un área específica. Es una especie de checklist o lista de requisitos de todo lo que no se debe olvidar hacer si se está llevando a cabo un proceso de transformación digital de la salud basado en telemedicina
La guía plantea una metodología organizada en tres fases, que a su vez se subdividen en once pasos.
Levantamiento de la situación de partida
La primera fase consiste en un levantamiento de la situación de partida y consta de cuatro pasos, que son los siguientes:
1-Formación del equipo y establecimiento de los objetivos de la iniciativa. Es muy importante identificar a los interesados (stakeholders) e incluir a actores como responsables públicos, responsables de la gestión de los servicios, profesionales sanitarios y representantes de los pacientes.
2-Definición del programa, su contexto y clientes objetivo. Implica determinar tanto el objetivo del programa como su ámbito geográfico. Entre las consideraciones a tener en cuenta están:
- Examen de los procesos y flujos de trabajo actuales e identificación de los desafíos y cuellos de botella del sistema de salud.
- Determinación de quiénes serán los usuarios finales.
- Número de centros de salud, profesionales sanitarios y áreas geográficas.
- Identificación de las áreas de mejora que se pueden lograr a través de la intervención de telemedicina.
- Análisis de cómo encajará el servicio de telemedicina con el contexto más amplio de las necesidades de prestación de servicios en el ámbito regional o nacional.
- Aproximación a un diseño centrado en el paciente y el profesional que se va a usar.
3-Mapeo de las capacidades, procesos y sistemas existentes. Es importante entender qué sistemas de información están en uso e identificar sus gaps y la posibilidad de reutilizarlos, solventando sus posibles o valorar la necesidad de sustituirlos por otros nuevos.
En este paso también se revisarán las necesidades de hardware. Por ejemplo, si se está desplegando un entorno de telemedicina que incluye la videoconferencia es importante entender si los puestos de trabajo de los profesionales sanitarios están dotados de los medios audiovisuales necesarios para llevarlas a cabo.
4- Revisión de las variables del entorno que pueden influir en el desarrollo del proyecto: marco político, regulatorio, sociocultural, infraestructuras y relaciones institucionales. La guía recomienda utilizar herramientas que permitan identificar la madurez digital de las organizaciones involucradas, así como las competencias digitales de los profesionales sanitarios. También debe chequearse en este paso todo el tema de regulación en torno a los datos sanitarios, su protección y la relación con el Reglamento General de Protección de Datos.
Plan de implementación
Esta segunda fase consta de cinco pasos (que seguiré enumerando a continuación de los anteriores hasta completar los once),.
5- Determinación del modelo de operación del sistema de telemedicina que va a implantarse. Este paso incluye el diseño conjunto de los requisitos del sistema para abordar el objetivo previsto, teniendo en cuenta los cambios en los flujos de trabajo que el servicio de telemedicina va a introducir. Deben contemplarse los requisitos de los diferentes interesados y revisar las diferentes categorías de los mismos: requisitos funcionales, tecnológicos, de interoperabilidad, regulatorios, de seguridad, etcétera. Un resultado adicional de este trabajo será la actualización de los flujos de trabajo para reflejar dichos requisitos. También debe planificarse cómo se va a llevar a cabo la gestión del cambio durante el proyecto.
6-Aplicación de mecanismos para la seguridad y protección tanto de pacientes como de profesionales sanitarios. Deben diseñarse mecanismos para asegurar la privacidad de los datos, la seguridad en el acceso y la protección de los datos de paciente. También cómo hacer cumplir las formas de verificar la concesión de acceso de los profesionales sanitarios y las auditorías de acceso a las que se verán sometidos.
7–Establececimiento de los procedimientos operativos (Stardard Operating Procedures o SOPS). Hay que clarificar los protocolos, como por ejemplo, qué tipos de casos son susceptibles de gestionarse con telemedicina y cuáles requerirán el contacto en persona. También hay que establecer los mecanismos de soporte, tanto para los profesionales sanitarios como para los pacientes. Otros aspectos que hay que determinar son la identificación de los intervinientes en la relación o el consentimiento informado. Adicionalmente, si el proceso implica dispositivos médicos, deben establecerse los procesos para su adquisición, distribución y mantenimiento.
La implementación de la telemedicina incluye desde el engagement al presupuesto
8-El engagement de profesionales sanitarios y pacientes. La guia de la OMS propone en su metodología que se plantee cómo llegar a ellos para conseguir que perciban el valor de la intervención y que mantengan su uso a lo largo del tiempo. Deben revisarse aspectos como la igualdad de género, la equidad del sistema o el acceso de personas con discapacidad.
9-Desarrollo del presupuesto. Llegados a este espinoso paso, hay que tener en cuenta el coste total de adquisición o integración de la iniciativa con los procedimientos estándar de compras de la organización.
Monitorización, evaluación y mejora continua de la iniciativa
10-Definición de los KPI que van a seguirse. La guía de la OMS aporta una serie de ejemplos ilustrativos de los mismos.
11-Planificación para la mejora continua y adaptación a los cambios del entorno que se pudiesen producir. Aquí se incluye la gestión de riesgos.
En resumen, la “Guía consolidada de implementación de la telemedicina” de la OMS es un documento interesante, sobre todo por lo que tiene de “lista de tareas” para que a alguien responsable de una implementación de estas características no se le olvide nada. Y, como señalaba al principio, se une a una ya amplia bibliografía de la OMS, que resulta un valioso punto de referencia.
Imagen: Animated Heaven