Aplicaciones de la realidad virtual al entorno sanitario

El pasado 20 de septiembre tuve ocasión de asistir a una jornada sobre “eHealth y realidad virtual” en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, organizado por el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS) y la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES) sobre las aplicaciones de la realidad virtual al entorno sanitario.

Allí nos mostraron ejemplos prácticos de uso, además de permitirnos probar algunos de los equipos (realmente impresionantes) que se utilizaron en las distintas demostraciones. Se trata de un campo en el que hay una ingente actividad innovadora (la salud copa el 12 por ciento de los proyectos de realidad virtual que existen en este momento en España), y es un campo en el que los principales gigantes tecnológicos (Google, Facebook…) están realizando importantes inversiones. El estado del arte de esta tecnología ha avanzado mucho y las experiencias que vivimos en la sesión fueron realmente inmersivas y muy realistas. Su aplicación a la medicina crece día a día y, según el doctor Diego Velasco, director de innovación del IRYCIS, ya hay más de 400 ensayos clínicos realizados sobre la aplicación práctica de la realidad virtual.

Una de las primeras aplicaciones que vimos se centra en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y las fobias. Son enfermedades muy prevalentes, que padece más de un 18 por ciento de la población. Los trastornos de ansiedad tienen un tratamiento habitual por parte de los psicólogos basado en la exposición progresiva del paciente a los objetos de sus fobias usando la imaginación. Como explicó Daniel Roig, de la empresa Psious, la realidad virtual en la consulta del psicólogo facilita enormemente este trabajo. El médico puede exponer a los pacientes a estas situaciones mediante unas gafas de realidad virtual interconectadas con una plataforma que controla los eventos, los desarrolla en distintos escenarios a las órdenes del psicólogo, y recopila información biomédica del paciente durante la sesión midiendo la conductancia cutánea. Se han desarrollado escenarios para gran cantidad de fobias (agorafobia, miedo a hablar en público, claustrofobia, acrofobia, miedo a volar…) y la tecnología también tiene aplicación para tratar ansiedad anticipatoria (por ejemplo, ante pruebas médicas como el TAC o tomografía computerizada, para distraer del dolor (en pacientes de traumatología o quemados sometidos a tratamientos dolorosos) o para relajación (en tratamientos como la quimioterapia). Hay que destacar de esta propuesta que no es necesaria una inversión costosa en un entorno avanzado de realidad virtual, sino que basta con un simple móvil y unas gafas soporte de bajo coste.

El doctor Miguel Ángel de la Cámara y Miguel Bollaín, de la empresa RenderArea, nos mostraron la aplicación de la realidad virtual a la enseñanza en medicina y, más concretamente, en anatomía. Mediante un entorno de realidad virtual avanzado y realmente inmersivo, el estudiante puede, virtualmente, “meterse dentro del cuerpo humano y navegar por él” (como ocurría en aquellos dibujos animados infantiles “Érase una vez el cuerpo humano”), en cualquier parte, desde cualquier ángulo del espacio y a cualquier escala. Esto permite una facilidad sin precedentes en el estudio de la anatomía humana que, hasta hace pocos años, se realizaba en atlas del cuerpo humano. De esta forma disminuye la curva de aprendizaje y se aporta al alumno una visión espacial del cuerpo humano que no estaría de otro modo a su alcance. Esta tecnología se potencia con el uso de CAVE (Cave Assisted Virtual Enviroment) que son entornos de aprendizaje; Holoportation, cuando las sesiones de formación se realizan de forma compartida incluso con los participantes en remoto; realidad extendida, que es la mezcla de mezcla de realidad aumentada y realidad virtual; sináptica, cuando se unen dispositivos que son capaces de simular también el tacto, e impresión en 3D relacionada con el objeto del aprendizaje.

Por su parte, el doctor Ezequiel Hidalgo demostró que la falta de presupuesto no es un obstáculo cuando la tecnología se democratiza y se mezcla con grandes dosis de ingenio, perseverancia y pasión por tu trabajo. Con teléfonos Android de cien euros y unas gafas soporte que cuestan otros nueve, ha desarrollado una plataforma (EyeGress) de rehabilitación para enfermos de heminegligencia (déficit para percibir una parte del espacio) mediante estimulación optocinética. En ella se plantean al paciente diversos ejercicios de complejidad creciente, orientados a mejorar paulatinamente el manejo del espacio que estos pacientes no perciben.

Por último, los doctores Mario Pezzi y Alberto Hadad nos mostraron los avances que representa esta tecnología para la cirugía de reconstrucción maxilofacial. La realidad virtual se usa aquí para formación, pero también en la planificación de complejísimas operaciones (cirugía con planificación virtual), en las que cirujanos hacen equipo con ingenieros informáticos y desarrolladores de modelos 3D, para planificar al milímetro y de forma tridimensional las operaciones que van a realizar posteriormente en el quirófano.

Algunos de estos avances podrán verse también en el Primer Congreso Nacional de la eSalud, que se celebrará en Madrid el próximo mes de noviembre entre los días 2 y 4.

Imagen: UNIFEMM