¿Gestionamos bien los proyectos de transformación digital de la sanidad?

Vivimos una época en la que la transformación digital de la sanidad se ha convertido en una necesidad. Las enfermedades crónicas y el progresivo envejecimiento de la población incrementan, de manera imposible de asumir, el gasto sanitario, por lo que se convierte en un imperativo encontrar vías más eficientes de realizar la prestación, conteniendo el gasto y mejorando la atención. Destacan, entre ellas, las orientadas a conseguir estas mejoras a través de la aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones al entorno sanitario.

En este sentido, las administraciones públicas y todos los demás actores implicados en la prestación sanitaria están desarrollando múltiples iniciativas: la historia clínica electrónica, la receta electrónica, el hospital digital, la monitorización remota de pacientes, el big data sanitario, la medicina predictiva, el mHealth… y un largo etcétera. Aparecen, además, cientos de startups que buscan su negocio en la transformación digital de la sanidad.

Pero existe (siempre ha existido) un camino por recorrer entre la idea y su implementación práctica. Introducir cambios significativos de trasformación digital en la prestación sanitaria no es algo que se pueda hacer con proyectos de pequeño impacto o simplemente desde la tecnología. No se va a transformar la sanidad con una buena idea y una app de unos miles de euros. Hacen falta proyectos de calado, cambios reales en los procesos y en las formas de actuar de las personas, y mucho, mucho liderazgo estratégico.

Son muchas las variables y restricciones que hay que cumplir en estos proyectos como, por ejemplo, las de seguridad y privacidad (destaca la directiva de protección de datos europea, la Ley Orgánica de Protección de Datos, LOPD, en España, o la HIPAA en EEUU) e interoperabilidad (estándares como HL7, SNOMED-CT, IHE, DICOM, CIE…). También los relacionados con la normativa de productos sanitarios que, en ocasiones, afecta al hardware y al software de las soluciones TIC (marcado CE, ISO 13.485 y regulaciones de la FDA).

Las instituciones y las empresas deben apoyarse, a la hora de poner en práctica estos proyectos de transformación digital de la sanidad, en buenas prácticas internacionalmente reconocidas y establecidas que mejoren la ejecución y probabilidad de éxito de dichos proyectos. Entre ellas, considero de especial utilidad las del Project Management Institute, compiladas en el PMBOK (Project Management Body of Knowledge) y base de la certificación PMP (Project Management Professional).

El PMBOK es un compendio de buenas prácticas orientadas a la gestión de proyectos. No se trata de una metodología, sino de una guía que, adecuadamente complementada por la experiencia y el sentido común, da a los directores de proyecto una base de conocimiento y vocabulario sobre las mejores decisiones a la hora de ejecutar un proyecto complejo. Ayuda a “organizar” la concepción, planificación, ejecución, control y cierre del proyecto, desde los más simples, como desplegar un nuevo sistema de información en un centro de salud, a los más complejos, como desarrollar una nueva historia clínica electrónica.

Algunas de las ventajas que PMBOK puede aportar a los proyectos de transformación digital de la sanidad son:

  • Un incremento en la probabilidad de éxito de los proyectos. Esto es muy importante en proyectos de transformación digital que llevan asociados, normalmente, cambios sistémicos en las organizaciones.
  • Una mayor eficiencia en la aplicación de los recursos dedicados al proyecto. Esto es imprescindible si queremos asegurar el retorno de la inversión en un entorno como el sanitario que, como hemos comentado, está muy necesitado de ellos.
  • Una adecuada gestión de las necesidades y expectativas de los clientes y usuarios de los productos y servicios generados. Recordemos que los usuarios de la sanidad somos todos y que es un tema especialmente sensible en la sociedad.
  • Una mejora en la información facilitada sobre el desarrollo e impacto durante el desarrollo del proyecto.