Nuevas tendencias de las app de salud en el ámbito médico

Ayer veíamos cómo ha evolucionado el competitivo mundo de las app de salud durante la pandemia y hoy me centraré en nuevas tendencias de las app de salud que ha traído en el ámbito médico.

Asimismo, se está desarrollando el ámbito de los wearables interconectados a app de salud. Aunque siguen prevaleciendo en este segmento los relacionados con la actividad física (55 por ciento sobre 384 dispositivos wearables de consumo comercializados), existe un fuerte incremento en el número de soluciones que pueden capturar parámetros físicos relacionados con las enfermedades crónicas. Incluso, durante la pandemia, han aparecido varias aplicaciones relacionadas con el COVID-19 y el uso de pulsioxímetros para capturar la saturación de oxígeno en sangre.

También se han desarrollado nuevos métodos y estrategias para identificar los primeros signos de cáncer y enfermedades respiratorias de una manera mínimamente invasiva, incluida la tecnología de «electronic nose«. Son ejemplos notables de avances en las tecnologías de sensores remotos que están permitiendo el diagnóstico digital. Los sensores digitales para monitorizar de forma remota la salud del paciente están siendo validados mediante estudios de viabilidad con la intención de incorporarlos en los ensayos clínicos y la atención al paciente. En total, 438 estudios han examinado 933 sensores distintos, más de la mitad de ellos en neurología, trastornos musculoesqueléticos y estudio del sueño.

Ensayos clínicos descentralizados o híbridos

Dentro de este campo cabe destacar el uso de estas soluciones en el ámbito de los ensayos clínicos. Estos se apoyan cada vez más en app de salud a la hora de capturar información de los pacientes, ya tenga que ver con adherencia al tratamiento, efectos adversos o parámetros médicos. Estos ensayos se denominan descentralizados o híbridos y se han extendido de forma importante durante la pandemia.

Desde 2016 el porcentaje de ensayos clínicos que utilizan app de salud y dispositivos conectados a ellas se ha doblado y actualmente es de un 8 por ciento, con el 10 por ciento de los mismos en fase 2 y 3. Este tipo de soluciones tiene una ventaja adicional a la de evitar desplazamientos y ganar en eficiencia para ambas partes: muchos ensayos en áreas como cardiología, oncología y neurología compiten por un número limitado de pacientes, por lo que los ensayos clínicos híbridos y descentralizados amplían el número de posibles candidatos y facilitan los ensayos.

Algunas app de salud están intencionadamente diseñadas como el tratamiento a una enfermedad: sirven para tratar, prevenir o manejar los síntomas y consecuencias de determinadas enfermedades. Por lo tanto, quedan asociadas a procesos de aprobación y certificación como producto sanitario por las legislaciones de los distintos países. El informe “Digital health trends 2021”, de IQWIA. las cataloga en dos subcategorías:

  • Terapias digitales (Digital therapeutics o DTx): una app que trata de generar un resultado de salud con evidencia de su eficiencia clínica, igual que un medicamento.
  • Cuidados digitales (Digital care o DC): plataformas orientadas al cuidado de enfermedades específicas, pero como complemento de la actuación de servicios de salud o sociales.

Entre ambos grupos se han identificado unas 250 app, de las cuales 23 de DTx y 100 de DC están disponibles comercialmente. Dichas app están sobre todo presentes en el campo de la salud mental y van ganando aceptación en los procesos de reembolso de los servicios de salud.

Creciente madurez de la evidencia para el uso de las app de salud

También siguen ganando terreno las app en el campo de la evidencia clínica generada. En los últimos cinco años se han publicado más de 1.500 estudios clínicos sobre la eficiencia de las app en el tratamiento de enfermedades. En 2020 el 14 por ciento de ellos han sido revisiones sistemáticas y metaanálisis, que demuestran la creciente madurez de la evidencia para el uso de las app de salud. Incluso se incluyen ahora en las guías clínicas en campos como las enfermedades cardiovasculares, modificación de comportamiento para conseguir hábitos de vida saludables y manejo de condiciones crónicas.

Modelos de monetización de las app de salud

En cuanto a los modelos de monetización, sigue siendo ampliamente mayoritario el de venta directa al consumidor (B2C). El paciente descarga una aplicación, normalmente no regulada, del store y puede pagar una cuota de suscripción mensual o anual al desarrollador.

Sin embargo, otros modelos B2B van ganando peso:

  • Pago como equipamiento médico. Una aseguradora médica acuerda la prescripción por sus facultativos asociados de una app de salud. Entonces la aseguradora paga una cantidad fija del coste de la app prescrita sobre un coste total que suele estar acordado.
  • Pago como medicina. La aseguradora paga una cantidad fija al desarrollador de la app dentro de los beneficios de farmacia asociados a un seguro de salud. Suele ser habitual un copago y las cantidades pagadas por la aseguradora descuentan de los beneficios totales en farmacia del asegurado.
  • Pago por valor. El desarrollador de la app de salud pacta con una aseguradora o empleador el pago de la app en función de su uso y de mejoras de salud o reducción de costes. El desarrollador debe normalmente presentar evidencias previas de los beneficios que se obtendrán y asume un mayor riesgo de cara a la consecución de beneficios.

Este cambio se ha visto favorecido en medio de la pandemia por las relaciones que se han establecido entre empleadores, aseguradoras y empresas tecnológicas en el ámbito de las app orientadas al cuidado de la salud mental de los trabajadores. También tiene lógica desde un punto de vista de la inversión, ya que, cuando las inversiones son mayores y las apuestas tecnológicas maduran, los planes de negocio amparados bajo esquemas de comercialización B2B ganan relevancia frente a los relacionados con segmentos B2C.

Todas estas tendencias de las app de salud han tenido su reflejo en el lado económico, con una cifra récord de inversión en sanidad digital en 2020 de 24.000 millones de dólares, y significativas operaciones en el campo de las fusiones y adquisiciones que alcanzaron una media de 46 millones de dólares.

Imagen: geralt/pixabay