La sanidad digital en España y Hans Rosling: mala y mejor, buena y mejorable

El pasado 11 de julio asistimos al evento de la Asociación de Salud Digital (ASD) titulado “Seis casos de éxito en el garaje: los líderes de la industria de la salud ante el reto de la transformación digital”. Fue, como habitualmente sucede con los eventos de la asociación, excelente por la calidad de los ponentes, lo interesante del debate posterior y la extrema puntualidad con la que estos encuentros se llevan a la práctica.

Ponencia destacable fue la de nuestra compañera Mercedes Núñez, en la que contó el caso de éxito de A un clic de las TIC (hoy blog de Telefónica Grandes empresas, integrado en el hub Think Big Empresas). Hace ya casi una década un grupo de empleados expertos apostó por una nueva forma de hacer y contar las cosas -recordemos siempre que el principal habilitador de la transformación digital son las personas- y se comprometió en el desarrollo de un marketing de contenidos de enorme calidad, capaz de posicionar a Telefónica Empresas en el ámbito TIC y de la innovación. Desde el principio la sección de eSalud tuvo una gran importancia y fue todo un orgullo que en este encuentro desde ASD calificaran este trabajo como caso de éxito en el sector.

En el top mundial y casi todo por hacer…

Surgió en el evento un interesante debate en torno al grado de implantación de la sanidad digital en España, los beneficios sobre la sanidad en su conjunto, así como sobre la necesidad de transformar digitalmente uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, tal y como está reconocido internacionalmente.

Por un lado, se debatió sobre lo que ya hemos denunciado en distintas ocasiones en este blog y es que existe una endémica proliferación de pilotos y una falta importante de implantaciones a escala. Muchas tecnologías emergentes, como big data y la inteligencia artificial, acaparan páginas y páginas (digitales) y se ponen en práctica muchas experiencias con ellas, mientras que tecnologías anteriores distan de haberse implantado en transformaciones de procesos reales y extendidos. Nos encontramos, así, con que en la sanidad digital en España está casi todo por hacer.

Por otro lado, está la sanidad española en su conjunto. Informe tras informe, se sitúa en el top mundial tanto por sus resultados en salud, como por su eficiencia.

Y si éste es el caso, ¿por qué darle tantas vueltas? La sanidad española tiene un modelo fundamentalmente reactivo y basado en el uso intensivo de personal cualificado. ¿Procede transformar digitalmente aquello que está funcionando tan bien? ¿No corremos el riesgo de pivotar y acercarnos a una sanidad como la de EE. UU., reconocida por su coste excesivo y sus resultados mediocres (a pesar de su alto grado de innovación)?

Recientemente he acabado de leer el libro de Hans Rosling “Factfulness”. Es una palabra inventada que podría traducirse como “factualidad” y evoca la idea de que hay que debatir a partir de los datos. Gran parte de la obra de divulgación de Rosling consistía en ilustrar la ignorancia reinante en muchos aspectos clave para entender la realidad del mundo. Coincido con Bill Gates en que se trata de uno de los libros imprescindibles para entender el estado actual del mundo y la urgencia de trabajar todos juntos en temas como la lucha contra la pobreza o el cambio climático.

En “Factfulness” Rosling trata el estado del mundo en su conjunto y explica que el mundo puede estar a la vez “mal” y “mejor”. Está mal porque hay muchos problemas que solucionar: cientos de millones de personas siguen bajo el umbral de la pobreza, hay carencias básicas en educación, los derechos humanos, la igualdad de género, la deforestación del planeta, el cambio climático y una larga lista.

Pero, a la vez, y no de forma incompatible, el mundo está mejor. Rosling compara la situación del mundo diacrónicamente, a través de parámetros estadísticos objetivos (pobreza, mortalidad infantil, enfermedades, educación…) y demuestra, sin lugar a dudas, que la situación es significativamente mejor que hace veinte, cuarenta o sesenta años. El mundo en su conjunto, salvo contadísimas excepciones que son más bien anécdotas, muestra una tendencia imparable a estar mejor cada vez. Y no es un tema geográfico, ocurre en todas partes.

Esto no es fortuito, sino el resultado del esfuerzo de toda la humanidad por mejorar sus condiciones de vida. Y tampoco es una llamada a la complacencia, todo lo contrario. El mundo va a mejor porque todos somos inconformistas y, así, lo estamos mejorando. Como el mundo está “mal”, no hay lugar para el conformismo.

Transformación digital de la sanidad: una necesidad y un cambio deseable

Reflexionaba durante el debate de la Asociación de Salud Digital que esto mismo se puede aplicar tanto a la sanidad digital como a la sanidad en su conjunto (en realidad se puede aplicar a casi todo).

Aplicado a la sanidad digital española, yo creo que está, efectivamente, mal y mejor. Está casi todo por hacer, no cabe duda. Pero hay luces en el horizonte porque sí hay una importante concienciación de todos los actores del ecosistema (profesionales sanitarios, pacientes, servicios de salud, políticos, prestadores privados, aseguradoras, farmacéuticas…) respecto a que la transformación digital de la sanidad es una necesidad y un cambio deseable que conllevará una serie de ventajas importantes. La mera existencia de asociaciones como ASD que, año tras año, crece en miembros y relevancia, es una prueba de ello. Y los pilotos, al menos, son otro signo de este interés por la salud digital.

En cuanto a la sanidad española yo le daría la vuelta a la idea de Rosling y la calificaría como “buena” y “mejorable” a la vez. Igualmente, ambas cosas son compatibles. La sanidad española, por un lado, arroja buenos resultados en la comparativa mundial pero, por otro, además de ser buena puede ser mucho mejor y no hay techo para esa mejora. Por otra parte, la sanidad española no está exenta de un reto evidente: el demográfico. Mayoritariamente pública y dependiente de los presupuestos del estado, la sanidad española tiene que transformarse para ser menos dependiente del factor humano y más escalable conforme la demanda de prestaciones sanitarias se incremente por el envejecimiento de la población. Y esta reflexión refuerza mi convencimiento del importante papel que tenemos todos los actores del sector (incluida Telefónica Empresas como partner de referencia en la transformación digital de la sanidad ) porque esta transformación supondrá un salto evolutivo que nos proporcionará una sanidad mejor y más sostenible. Y aspiro a contribuir a ello también representando a Telefónica Empresas en la junta directiva de la ASD, a la que me acabo de incorporar.

imagen: jurek d.