El pasado 14 de febrero se celebró la tercera jornada de la Asociación de Salud Digital, con cuyo presidente, Jaime del Barrio, ya hablamos en este blog. La jornada presentó un interesante «estado del arte» en lo que a la sanidad digital se refiere.
Algunos datos, como los del Eurobarómetro de 2017, indican que en este ámbito está casi todo por hacer:
- El acceso de los ciudadanos a sus datos de salud es todavía escaso y se sitúa en torno al 52 por ciento.
- La interoperabilidad de los sistemas sanitarios dentro de un mismo país es solo de un 32 por ciento y, además, el porcentaje desciende a un 4 por ciento si hablamos de interoperabilidad entre países de la Unión Europea.
- Al contrario de lo que podríamos pensar, el 70 por ciento de los pacientes estaría dispuesto a compartir sus datos de salud para fines de investigación, así como al tratamiento informático de los mismos.
Adicionalmente, una consulta pública realizada por la Comisión Europea el año pasado aporta una visión adicional:
- Las prioridades para pacientes y profesionales se centran en cuatro aspectos: privacidad de los datos, calidad del dato, seguridad y estandarización que permita la interoperabilidad.
- Resulta increíble pero la encuesta recoge que solo el 56 por ciento del tiempo de los profesionales sanitarios se dedica a atender a los pacientes y a mejorar su formación; el otro ¡44 por ciento del tiempo! lo emplean en labores administrativas.
- Esto también llama la atención: el 80 por ciento de los errores médicos en Europa se debe a errores de comunicación.
Para mejorar esta situación, la Comisión Europea se ha fijado un conjunto de prioridades:
- Avanzar en el despliegue y estandarización del Registro electrónico de salud, Electronic Health Record (EHR).
- Potenciar las infraestructuras de almacenamiento de datos médicos, sobre todo aplicadas a enfermedades raras, infecciosas y complejas.
- Mejorar el feedback e interacción paciente-sistema sanitario, sobre todo aplicado a gestión de enfermedades crónicas y reembolso a los proveedores en función de resultados.
En el lado positivo, podemos observar que ya existen iniciativas transeuropeas de compartición de datos. Un ejemplo son las european reference networks, redes de intercambio de datos entre servicios médicos de la Unión Europea para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. Actualmente 24 redes conectan 370 hospitales y 900 unidades hospitalarias, centradas en especialidades como las enfermedades raras. Destacan entre ellas RD Connect, EMIF, eTOX, e iPiE.
Uno de los temas candentes de cara a la expansión de la sanidad digital es la necesidad de formación de los profesionales. Actualmente su grado de capacitación es bajo, según los propios profesionales en las encuestas que contestan. Pero destaca la convicción mayoritaria de que la sanidad digital va a ser una realidad y los profesionales apuestan por el propio uso de las TIC de cara a su formación y reciclaje.
Las competencias en medicina participativa, medicina personalizada y medicina de precisión se consideran claves entre las que los profesionales sanitarios deben manejar.
En la necesaria expansión de la transformación digital de la sanidad subyacen dos tendencias: la progresiva expansión de la sanidad privada como complemento al sistema universal de sanidad público, así como el acceso ubicuo de los pacientes al sistema sanitario a través de las tecnologías móviles en general y de la universalización de los smartphones en particular.
Respecto a esto último, las app sanitarias siguen siendo un campo de desarrollo pujante que está dando resultados de mejora de salud muy relevantes en países en vías de desarrollo. Se estima que las app que tienen que ver con la salud o el bienestar físico representan el 10 por ciento del total. Pero se echa en falta un catálogo de aquellas app realmente sanitarias que han obtenido el marcado CE como tales.
Añadido a esto, las aseguradoras, que también estuvieron representadas en la sesión, ponen cada vez más el énfasis en la promoción de hábitos de vida saludables, en los que tienen un papel fundamental tanto los mecanismos de incentivación como las TIC.
Otra tendencia creciente dentro de la sanidad digital es la de las terapias digitales. La realidad virtual se va consolidando como una alternativa sólida a la psicoterapia en el ámbito de determinados trastornos de comportamiento como los de ansiedad o las fobias, así como en el amplio campo de la rehabilitación cognitiva.
Ni que decir tiene que big data, machine learning e inteligencia artificial siguen siendo posibilidades de importante actualidad en el ámbito de la sanidad digital, aunque hay consenso en que es mucho más el impacto mediático actual de estas tecnologías que su implantación práctica en iniciativas de alcance dentro del ámbito sanitario.
En conclusión, la sanidad digital sigue siendo, a la vez, un campo de intensa actividad con múltiples empresas y actores en permanente ebullición, y un espacio prácticamente virgen en el que casi todo está por hacer y queda mucho recorrido tanto para el desarrollo de nuevas tecnologías, como para la aplicación práctica a escala de las existentes actualmente.
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